Entrevista de Manuel Pedraz a Elisa Victoria sobre “Otaberra” (Blackie Books)
Elisa Victoria sigue indagando en esos momentos de cambio, cuando sus protagonistas, mujeres, abandonan la infancia, la juventud o están a punto de entrar en territorio adulto. Tras “Vozdeviaje” y “El Evangelio”, otra joven, en este caso ya sobrepasada la treintena, protagoniza “Otaberra”, una historia sobre la pérdida, la culpa, el paso del tiempo y la literatura.
Algo le ocurrió a Renata en 1989 que le cambió la vida. Estaba saliendo de la adolescencia y mantenía una estrecha relación con su amigo Jacobo en el pueblo de ambos, Otaberra. Dos seres extraños que no encajaban en las estrictas normas de una sociedad rural, que castiga la diferencia. Pero ella lo disimulaba y él era un insurrecto, un rebelde, que no quería ocultar sus verdades.
A la protagonista la encontramos casi dos décadas después de aquel suceso intentando aún gestionar la perdida y la culpa que le produce el recuerdo de su amigo. El relato es transgresor, desordenado en algunos momentos, con varias voces narrativas que pueden confundir al lector, al que se le exige una lectura activa. El terror y el humor conviven en una novela en la que encontramos personajes muy singulares, como una inquietante presencia solo materializada en la mano de una foto, que funciona como comodín que el lector puede utilizar para cerrar el relato de una u otra forma, o dos guiñoles de calcetines, que aparecen y desaparecen, interpelan al narrador y al lector e incluso proponen las formas que debe adoptar la narración.
Elisa Victoria: Otaberra
/
RSS Feed
Publicado
en
por
Etiquetas:
Deja una respuesta